sábado, 11 de mayo de 2013

El Proceso Asistencial del Cáncer: Necesidades y Expectativas de los Usuarios

En la primera actividad del precioso Máster en Cuidados Oncológicos y Paliativos, escogí este artículo porque es el que más me llamó la atención y porque creo que es de total y gran importancia las expectativas que se crea el paciente del proceso y de lo desconocido cuando se ve introducido en una nueva situación, a veces muy desconocida y triste.


En este estudio, se reflejan experiencias y vivencias de pacientes de cáncer, buscando la forma de relacionarlo con la asistencia recibida en AP y AE a lo largo de las fases que se suceden desde la detección de los primeros síntomas hasta terminar en una situación paliativa o curación.
Buscando, con ello, aspectos a mejorar, puntos en los que más empatizar y límites que quizás hubiese que flexibilizar en grado máximo o mínimo según el punto y el clima que se cree en cada etapa.

El proceso por el cual tiene que pasar una persona diagnosticada de cáncer y sus familiares, es un proceso complejo, en el cual hay variables de muy diferente índole que pueden dar lugar a procesos muy complicados, y que por todo esto, deben de ser encauzados en la medida de lo posible por los profesionales que atienden el caso y por el apoyo de psicólogos que respalden el que se lleve a cabo un buen proceso de la enfermedad, aceptando cada paso y viendo las posibilidades desde todas las perspectivas posibles para lograr un buen afrontamiento.

El estudio cuenta sólo con pacientes en fase de seguimiento, con lo que se exceptúa pacientes terminales que tengan experiencia con Atención Domiciliaria o Unidades de Cuidados paliativos; ya que sólo tienen experiencia y se trabaja con las etapas de prediagnóstico, diagnóstico y seguimiento.

Si analizamos el proceso asistencial en un enfermo de cáncer por etapas, podemos dividirla en una primera etapa posterior al diagnóstico cuando se detectan signos o síntomas y surgen los primeros indicios ante un problema de salud, por lo que se acude a Atención Primaria; cuando se realizan las pruebas y se establece un diagnóstico definitivo, en la fase de hospitalización; y por último, cuando se inicia el tratamiento, o se produce la curación de la enfermedad.

En una primera fase que se desarrolla en el centro de salud o centros de atención primaria, cuando acudimos tras aparecer los primeros indicios de que existe un problema de salud. En esta primera etapa, el paciente no se siente nada protegido ni entendido, ya que los profesionales empatizan muy poco con el usuario. Se caracteriza por una etapa de “ir y venir” de dudas y de recorridos prolongados por diversos servicios. Según la valoración, sería muy beneficiosa una ayuda psicológica en esos momentos o simplemente profesional que hiciese ver el futuro de forma realista y no produjese en el individuo falsos pensamientos o falsas ilusiones que no convienen nada en esos momentos de angustia.
Ya en el hospital y diagnosticada la enfermedad, el individuo se siente más entendido, la calidad del trato profesional es mayor y siente que los medios materiales y humanos son mayores, lo que le pueden beneficiar más y aumenta positivamente la forma de ver la situación por la cual está atravesando.

En la fase de seguimiento, lo que más se demanda es que las citaciones se adapten a la vida cotidiana y horarios del individuo, que el centro donde tenga que acudir esté cerca o tenga medios de transporte a su disposición para poder acudir con la mayor facilidad posible. Además, de que sean atendidos por profesionales fijos, que sepan su caso y den más individualidad y especificidad al seguimiento. También se destaca la promoción y prevención como importante para adquirir información, cambiar fácilmente los hábitos de vida y poder así convivir con la enfermedad llevando una vida normal.


Las conclusiones a desarrollar, son que el proceso del cáncer desde su diagnóstico hasta una fase terminal y paliativa, pasa por etapas muy diferentes y las características entorno son tan diferentes que la situación que se crea no es a veces la más correcta. Hablamos desde un diagnóstico, que debería de realizarse en atención primaria, es el inicio del tratamiento, la obtención de información, la promoción de la salud y la prevención del agravamiento de los síntomas; aunque la mayoría de las veces no sea así, y atención primaria sea un simple "recoger datos" para una interconsulta hospitalaria más específica, sin que previamente puedan informarte, puedas resolver dudas o comience un buen enlace profesional-paciente.
Si que en la etapa hospitalaria se nota mayor satisfacción aunque mayor desconcierto. Esto se debe a que la clínica se abastece rápidamente cuando existe dolor, cuando se demanda algún cuidado que de un momento a otro se puede abastecer, aún así, el tiempo de estancia hospitalaria es desconcertador ya que pasan diferentes profesionales para un mismo caso y las pruebas diagnósticas son numerosas y el tiempo de espera de resultados largo en ocasiones.
También existe una gran laguna sobre la frontera entre la curación y el confort, o lo que es lo mismo, cúando es el punto en que se iniciaría un estado paliativo. Es ahí cuando surgen diferentes formas de pensar, cuando se pone sobre la mesa opiniones sentimentales, profesionales, de intereses, de duelo o del no afrontamiento. Es en este cambio cuando el ponerse de acuerdo y el dar el paso depende de muchas vertientes que muchas veces sería tan sencillo como dejarse llevar por el curso de la vida y hacer las cosas lo más fáciles y sencillas posibles para que todo sea fluído y de lugar a sensación de paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario