domingo, 30 de junio de 2013

FUTURO, PRESENTE...... AHORA

Me despido, por ahora, con este video que es espectacular y una de las cosas más verdaderas a las que podemos prestar un poco de atención.




Adiós, Agur, Adeu. Adiós desde todas las partes de España donde he estado trabajando hasta ahora.

Un saludo grande. José Carlos

BIEN



Hoy pongo una canción que nos ponía nuestra profesional y maravillosa profesora Cinta Palomar en los primeros talleres de paliativos que comenzó a meternos en la profesión y a interiorizarnos el qué de nuestra actuación y a la que yo, personalmente tengo que agradecerle tanto, porque nadie como ella para enseñarnos los detalles que ella no es que nos enseñara, sino que sin apenas darnos cuenta nos interiorizó y hoy nos sale sin darnos cuenta.

Gracias Cinta.

AMAR LA VIDA (WIT)

Una de las actividades más actuales que hemos realizado ha sido un comentario crítico sobre esta película.

Cuando vemos esta película, a los profesionales sanitarios que trabajamos día a día con un tema tan actual y tan frágil y complejo a la vez como es el cáncer, nos hace pensar, nos hace reflexionar sobre nuestras actuaciones, la forma de tratar a este tipo de pacientes y la ausencia de la empatía que se muestra al aplicar los cuidados que en la mayoría de las ocasiones deberían de ser posteriores a una actuación empática, unas palabras o unas miradas de tranquilidad.
El paradigma que en muchas ocasiones en el turno de trabajo plasmamos es nerviosismo, rapidez, carga de trabajo y tiempo perdido; además de que no demostremos profesionalidad al plasmar en la actuación enfermera problemas personales, familiares, laborales o incluso conflictos dentro del mismo equipo sanitario que en ese momento asume la responsabilidad de una unidad y de la sanidad de los pacientes que tienen a su cargo. Aún teniendo en cuenta que lo que nosotros le traslademos y le presentemos es su día  a día, los estímulos que recogen de fuera de esa habitación donde permanecen en una larga estancia hospitalaria para recuperarse, encontrar un equilibrio, o claramente, pasar los últimos días de su vida.
Este trato, esta empatía, este ser profesional queda emascarado por la carga de trabajo de la planta, o simplemente porque la formación o adecuación de la persona al puesto de trabajo no sea la más idónea. No podemos olvidar que necesitamos a gente que empatice, que ame el trabajo con personas con este problema y que sepa como actuar tanto con el paciente como con la familia, que sepa dar la palabra adecuada, o simplemente una palabra no adecuada pero que al coger la mano del paciente sepa transmitirle lo que sienta y que de paz, tranquilidad y un soplo de aire fresco dentro de ese proceso complejo como es el cáncer. Propiciando las medidas de confort, sean idóneas o no, ya que como sabemos, en la etapa terminal los cuidados paliativos y resolutivos son los más propicios para que la persona pueda hacer lo que le apetece y su etapa final sea agradable, dulce y esté conformada a su manera y según sus preferencias.
Tras habernos encontrado en nuestra corta carrera y en las prácticas de enfermería con situaciones parecidas a estas, y más con excepciones, en la disciplina médica, y por tanto, y adherido a esto un ejemplo del proceso biomédico y dejando aparte el biopsicosocial, el que el médico entiende el caso sin nombre ni apellidos, sin tener en cuenta la situación, la familia, el entorno, el sentimiento y a veces ni siquiera si la comunicación está siendo la adecuada para que se pueda llegar a un consenso, a un conocimiento y un camino mutuo de actuación entre el profesional y la persona y su eterna decisión sobre el destino de ésta. Esto es sería el procurar unos objetivos conjuntos en un entorno agradable, con un afrontamiento adecuado, respetando preferencias, creencias, cuidando, enseñando y amando el proceso para llegar a los objetivos marcados.

Es escalofriante el momento de la película en que el médico con los residentes llega a la habitación, destapa a la paciente y empieza a analizarla, a contar la historia clínica, a preguntar como si de una pizarra sin sentimiento alguno se tratase y a hablar en una terminología totalmente desconocida, desconcertante y angustiosa para la persona en cuestión de la que se está hablando, y de la que se está  cuestionando su problema de salud, su evolución y su tratamiento. Esto supone falta de empatía, de respeto a la intimidad, de humanidad y de profesionalidad por supuesto. Así, se crea un vínculo frío y distante y como de superioridad entre el médico y la paciente; en cambio, la enfermera, presenta un papel más cercano, más como de protección, de intento de manejo de la situación hacia un calor más interno y de querer llevar todo a un clima más conciliador.
Esto se transforma en una explicación a la paciente para que todo le quede claro, que la señora sepa a que pruebas, tratamiento  o terapia se va a someter; todo esto desde una posición más psicológica y adentrándose en su pronóstico o preferencias a la hora de la muerte o por si algo no saliese tal y como se estaba planteando.
Esta parte de la película, y toda en general, pone en la mesa muchos temas como el valor de potenciar o mantener la autonomía del paciente, el derecho a la privacidad, el secreto profesional, el derecho a ser informado y el consentir cualquier tipo de tratamiento, las preferencias, el cómo el porqué y los objetivos marcados, la libertad de elección; y enlazado a todo esto, informar de los derechos y deberes del paciente, el documento de voluntad anticipada, el acceso al historial clínico o testamento vital. Temas que en la trama de la película se hacen notar ausentes llamativamente.
Hay numerosas  partes de la película marcadas por frases que dejan atrás el humanismo y demuestran la falta de humildad, la no profesionalidad y el no saber trabajar ni ser merecedor de un puesto de sanitario que no anime y dirija a la persona al bienestar y con ello a la salud y al sentirse bien. Estas frases remarcables son “seguimos a máxima dosis, tu eres fuerte, estamos descubriendo mucho gracias a ti”.
Se olvidan de que puede ser su madre, su mujer o la mujer de su amigo, con la que el día de antes puede haberse podido estar tomando una cerveza en una terraza disfrutando del sol del mediodía o que la persona puede tener una familia que lo está pasando mal, o que la señora no sabe a qué se expone, que no sabe nada del tema, y que necesita que un profesional médico le demuestre cercanía, empatía y cordialidad , y pueda llegar a transmitir esa información y las perspectivas según el problema que tendría en ese momento. Es tan sencillo como dedicar unos minutos, sentarse a hablar, compartir experiencias y perspectivas sobre el proceso de la paciente y proponer unos objetivos comunes para una mayor satisfacción, un mejor cumplimiento terapeútico y que el proceso sea beneficioso en cada etapa.
Es fundamental la muestra de la actuación enfermera como presenta esa cercanía, esa empatía, ese cariño, la explicación, la protección, tranquilidad y seguridad a la hora de enfrentarse a la terapeútica pautada por el médico y sentirse completa en todas sus necesidades.
Así, también hay que tener en cuenta la rotación del personal, el no conocer al paciente, la no formación completa del profesional, reflejado en la película en algo tan simple como cuando expresa la larga estancia de ingreso en el hospital y que siempre le preguntasen el nombre. Esto me llamó mucho la atención porque es algo que yo desde que empecé a trabajar he tenido muy claro, no se si por trabajar en sitios privados con gente mayor, o porque tuve suerte de que una de las personas que pasó por mi formación me dijo que quedaba muy mal llamar a los pacientes el tres ventana o el veintiséis puerta, porque no costaba nada mirar el nombre y dirijirnos a esa persona con nombre propio, y este simple hecho muestra interés, seguridad y conocimiento aunque ello sea muy superficial la persona que está en el lado de  paciente lo agradecer y le llama la atención.
El cumplir todas las características para aplicar una actuación de cuidados adecuada y empática, a mi opinión, es una suma de muchos factores, de cómo de predispuesto vayas al trabajo, de tu carga de trabajo, de tu formación, de tu carácter, de tu vinculo con esa persona, del afrontamiento, estado de ánimo y carácter del paciente… Pero queda muy claro que un beso, una caricia, el coger la mano y unas palabras de ánimo, mientras te sientas en la cama donde está esa pesona o en el sillón de al lado de la cama, parar el tiempo y la soledad de esa persona para intentar dar otro color al día y a la situación.



sábado, 29 de junio de 2013

FAMILIA


Cuando tuve que volver a Huelva, a un segundo año de carrera, y a veces me derrumbaba cuando recordaba a mi abuelo y el proceso del duelo me superaba....


""Hoy necesité una caricia suya. Recordé el tacto de sus manos y su coraje con que le tocaran las uñas. Recordé el gesto de calzarse los tacones y la hora de la elección de sus vestidos coloridos que desde hacía un tiempo lucían tanto en su cuerpo. Gozaba de clase y llenaba mi casa de ese toque femenino que solo daba ella. Digo recordé porque ahora el negro ocupa su rostro, prima en su armario y ha inundado nuestras vidas. Quizás sea un signo de dolor, pero bastante tenemos ya con sufrirlo como para demostrarlo. Pero como ella me dijo para cerrarme la boca: " José Carlos, las cosas hay que hacerlas bien antes y después; por supuesto que hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos antes, que es lo importante...

Hay que saber respetar, y en esos momentos, y a lo largo de la vida de uno, el respeto se vuelve virtud.



Que tu abuela te diga llena de dolor que lo último que pronunció tu abuelo hablando entre sueños fue tu nombre y que jamás volverá a hablar más, es algo que perturba de por vida, y que hace que cada día que despierte y vea su foto tenga más fuerzas para ponerme la bata blanca que me confiere una responsabilidad. ""

PRINCIPIO DE UN FINAL

Buenas!!!

Os dejo un fragmento de una amiga que escribía justo antes de la muerte de un ser querido y que redacta perfectamente el sentimiento cuando ves que la vela se apaga poco a poco en medio de todo el paradigma hospitalario y muchas veces frío para las personas que conocen poco nuestro mundo, lo bonito que puede llegar a ser y lo difícil para el profesional que tiene que cumplir.


"" La botella se va llenando, gotita a gotita. Al principio parece imposible llegar hasta arriba, vemos que nos queda mucho tiempo para llegar al punto en que rebosa. Pero se llega. Y a mi hoy se me caen las lágrimas solas por las mejillas. Creo que en mis ojos no hay hueco para almacenar más, demasiados días guardando…



¿Por qué? Quince días haciéndome la misma pregunta. Y aun no he encontrado respuesta. ¿Por qué he tenido que verte en la cama, inconsciente, con el ruido ronco de tus pulmones al respirar, teniendo que resignarme a llorar en silencio? ¿Por qué he tenido que escuchar las frías palabras de la doctora diciendo que nos despidiésemos de ti, que quedaban horas? ¿Por qué tuve que aguantar en el brazo tu traje, por lo que pudiera pasar? ¿Por qué tuve que limpiar tu casa mientras me temblaba el cuerpo y lloraba, por lo que pudiera pasar? ¿Por qué tuve que gritarles a todos para que se enterasen de que estabas vivo, de que no podían dar por hecho que ya te habías ido? ¿Por qué era la única que seguía teniendo esperanza en ti? ¿Por qué, si estabas inconsciente, cuando te daba un beso, te quedabas quieto esperando? ¿Por qué con la mirada pedías que te acariciásemos la mano? ¿Por qué si te habías puesto bien, si el domingo por la noche te reías conmigo, hoy has vuelto a caer?



Sí, ya sé, “es ley de vida”, ¿pero nadie entiende que no me puedo resignar a que se muera? Así, sin más, como si fuese lo más normal del mundo.


Aprendí a luchar, a ser fuerte en los momentos más débiles, a resistir hasta el final, a creer que se puede cuando todos creen que ya no hay nada que hacer, a ser un escudo ante las situaciones adversas. Pero esta situación creo que empieza a superarme.


Y tú te estás alejando un poquito más conforme van pasando las horas… ""


viernes, 28 de junio de 2013

COMO SIEMPRE HACÍAMOS LOS DOS

Nuevamente, otra de las canciones que solemos escuchar en la radio y que forman parte de nuestra vida, y que cuando nos paramos a escucharlas podemos sacar mucho jugo y saber de qué nos hablan. Esto pasa con esta de Rosario Flores, en la que se refleja su duelo por su hermano fallecido.




jueves, 27 de junio de 2013

MANEJO DEL DOLOR EN CUIDADOS ONCOLÓGICOS Y PALIATIVOS

También hemos realizado una actividad de descripción de cómo valoramos el dolor en la parte asistencial de la enfermería y de qué cualidades llevamos a la práctica en esta actuación.

En primer lugar, habría que hablar de varios tipos de dolor, de que todos ellos son valorables teniendo en cuenta el umbral del dolor de cada persona y de la empatía prestada en este acto de valorar.

Habitualmente, utilizo la “escala del dolor visual analógica” para la valoración del dolor. Antes de presentar la escala, me gusta en la entrevista abierta al paciente y al familiar informarme si existe algún proceso de duelo en curso o algo reciente, qué cosas afectan más o menos a la integridad psicosocial de esa persona y sus experiencias y perspectivas tras esta valoración del estado. Así, me será mucho más fácil empatizar y entrar en el paradigma del paciente y valorar el dolor que presenta y poder clasificarlo según el tipo, además de también desde a priori organizar diferentes actividades y cuidados encaminados a paliar dicho estado.

La escala Visual Analógica en el documento que yo utilizo normalmente, tiene este esquema:



El paciente tiene que valorar del 1 al 10, siendo el 10 el dolor más fuerte, cómo valora su dolor. Antes de presentar el documento, se realizan las preguntas de: ¿Te duele?, ¿Cuánto te duele?, ¿Dónde te duele?, ¿El dolor es constante, o es punzante?, ¿ Sólo te duele en una zona concreta o se difumina para otra parte del cuerpo?.

Las escalas que existen y se utilizan con más frecuencia son:

      1.      Escala visual analógica:
Ventajas: muy manejable y fácil de comprender.
Inconvenientes: los dibujos de las caras pueden dar lugar a malinterpretaciones.

      2.      Escala numérica (verbal o visual): 0 ausencia de dolor, 10 máxima intensidad de dolor.
Ventajas: amplitud de respuesta, exactitud, mayor aplicabilidad de los datos, da más formalidad.
Inconvenientes: más compleja para el profesional explicarlo al paciente, con lo que el paciente se siente más inseguro a la hora de contestar.


      3.      Sistema de estadiaje de Edmonton.
Ventajas: más concreto para muchas de las características del dolor
Inconvenientes: es una escala utilizada normalmente y más concretamente para el dolor oncológico.


      4.      Escala descriptiva verbal: no dolor, dolor leve, moderado, intenso, insoportable.
Ventajas: fácil de entender, respuesta cercana a la realidad.
Inconvenientes: poca formalidad, nada específica.


Como propuesta de mejora para una mejor valoración del dolor oncológico, me remito a dar mi opinión de que el dolor es algo con lo que enfermería debería de estar muy sensibilizada, ser el primer objetivo de nuestros cuidados y que las actividades para la mejora del paciente y de su familia sea en primer grado la paliación del dolor tanto psíquico como neurológico.


Es importante como ya he dicho, establecer un clima agradable, poder adentrarnos en la historia del paciente para empatizar con su situación y así entender de primera mano el dolor que nos va a manifestar, todo esto dando una confianza y una relación profesional-paciente adecuada para que no se omitan datos, sentimientos o antecedentes y así poder realizar una valoración exhaustiva para la posterior aplicación de intervenciones que den como final la adecuación de los cuidados, analegesia, cariño y afrontamiento de la familia, la desaparición del dolor y con todo ello, una mejor calidad de vida.