A continuación, os presento un escrito de una chica con un problema, que escribe y refleja el inicio de un proceso de duelo por la muerte de su abuelo y el recaimiento en algunos aspectos de su problema.
""Siento haberte causado dolor... el haberte hecho
recordar momentos duros... el haberte hecho llorar...
No sé, ahora mismo me siento rara...no sabría ni como describirlo. Hay momentos
en que soy consciente de que se ha ido para siempre, que no lo voy a ver más
cuando suba a casa de mi abuela, que no voy a poder darle un beso nunca más...
Pero hay otros momentos en que me siento "bien" (aunque no sea la
palabra adecuada pero no me sale otra) sabiendo que él está en un lugar mejor,
que no ha sufrido en estos días, que no se ha enterado absolutamente de nada.
El verlo allí, blanco, metido en una caja... me hizo un nudo en el estómago que
todavía no he podido deshacer. El ver como estaba mi abuela, mi madre... mis
tías... Verlas chillar de dolor cuando cerraron la caja, sostener hace veinte
días el traje de mi abuelo en mis brazos mientras mi abuela maldecía a la vida...
No sé, han sido demasiadas sensaciones en tan pocos días...
Creo que conforme van pasando los días, soy más consciente de todo.
¿Sabes? Debería ser fuerte, yo me jodí la vida hace unos años pero eso me hizo
aprender a "vivir", a buscar la felicidad allí donde parece que no
existe, a buscarle lo bueno a todo lo malo... Yo he sido la que le ha gritado a
todos hasta el último momento "él no nos puede ver tristes, tenemos que
hacer de tripas corazón y sonreir a su lado, hablarle como siempre". Yo he
sido la que el día del entierro le decía a mi abuela "abuela, pero si él
se ha ido a un lugar mejor y nisiquiera se ha enterado de nada, no ha sufrido,
tenemos que dar las gracias por eso". Yo que ayer les decía a todas
"Esto nos tiene que servir para darnos cuenta de que la vida se acaba, de
que hay que aprovechar cada instante, de que hay que ser felices". Y ahora
hay momentos en que siento que no tengo absolutamente nada, que se me agotan
las fuerzas para seguir luchando...
¿Y sabes qué es lo peor? Que mi cabeza sigue jugándome malas pasadas... Que
nisiquiera esta situación me hace dejar de joderme la vida, que no controlo mis
pensamientos... Que la noche en que enterramos a mi abuelo, pensaba
"joder, me he pegado un atracón por la ansiedad, mañana no desayuno para
contrarrestar...". Esto es desesperante. De verdad que hay momentos en que
me entran ganas de tirar la toalla, de mandarlo todo a la mierda.
Me siento vacía... No encuentro nada ahora mismo que me motive. Y, sí, tú dirás
que hay muchas cosas, que está mi familia. Pero me siento así, y no puedo
evitarlo.
Y, al final, seguramente haya acabado haciéndote daño de nuevo. Haciéndote
recordar malos momentos.
Pero llevaba dos días en que no podía llorar, ni escribir... Y tu mensaje ha
sido el detonante para poder hacerlo.
Gracias. ""
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